Luz de un nuevo cielo Mayo 2021

¿Cuántas niñas de Cali soñarán hoy con proyectiles que van a Marte, mientras escuchan de fondo las balas que matan a su pueblo?

Bogotá sinestésica Julio 2019

- ¿A qué huele Bogotá?

- Los martes, cuando cae la tarde, a café tinto en el Amor Perfecto de la cuarta con sesenta y seis. Los domingos, humm, por la mañana huele a transparente rocío sobre el pasto del Parque de los Novios y al medio día a amarillo ajiaco en la casa de mi abuela. Los viernes en la noche, en el parque de los hippies, el olor es una mezcla entre verde porro y negro smog. Los lunes, cuando estoy en la Autopista Sur con Boyacá, el olor es gris Sevillana. Bogotá huele de todos los colores.

El momento Wow Diciembre 2018

Llevo toda la semana dedicada a trabajar. Me levanto a las 5 a.m., me alisto rápidamente para tomar el Transmilenio antes de las 6 y no llegar tarde a la oficina. El tiempo no me alcanza, tengo cierres, proyectos, informes... Sin embargo, en cada momento estoy pensando en mi idea de negocio: ese restaurante con mesas inteligentes que siempre he querido tener. Con cada cosa que aparece, tengo una idea nueva, un concepto que quiero que incluya, -¡Espero que pronto lo pueda hacer realidad!-

En la noche salgo a comer con un amigo de la Universidad, los otros han viajado a otros países… Ahí llega el momento Wow ¿Qué tal si mi restaurante tiene mesas inteligentes que me permitan cenar con amigos que estén en otras ciudades? ¡Qué cena tan productiva! – Pienso al salir.

Todo sigue igual durante los siguientes meses, sigo pensando en que mi idea es genial. Han pasado 3 años desde aquel día “Eureka”, aún inmersa en mi idea, siguiendo en las actividades cotidianas que me distraen. Me han escogido en la oficina para ir a una empresa Francesa con la que realizaremos un nuevo negocio. Llego a Paris y me entristezco: Encuentro mi idea en un restaurante de la ciudad… ¡Me robaron mi idea! Pienso al instante.

¿Qué me faltó?, Claro… En una ciudad tan grande como París, tienen más oportunidades para hacer sus sueños realidad. Sigo viviendo y empiezo a comprender que tuve todas las oportunidades, pero que un proyecto no es lo mismo que una idea. Mi restaurante con mesas inteligentes no fue más que un sueño que no probé, que no materialicé, sobre el que no me propuse objetivos. Los sueños no se patentan, las ideas no se registran. Espero que mi siguiente momento Wow sea más que un momento, y lo pueda crear como un proyecto, que luego sea un producto y se convierta en todo un negocio, ¡Aún me queda vida para hacerlo!